jueves, 6 de octubre de 2011

Ladron de mi cerebro


La Barceloneta es la playa mas cercana al centro de la ciudad y la mas criticada por los catalanes. Además de tener nombre de chancleta está siempre desbordada de turistas. Sin embargo, poder mirar el mediterráneo cada mediodía es una bendición que sigo aprovechando.
Devolví la bicicleta, me puse los auriculares, un reggae me acaricio la nuca y desandé los pocos metros que me separaban del mar. Antes de cruzar la calle imagine el camino que tendría que hacer entre la gente para llegar hasta a la costa. Faltaba poco y el horizonte era un imán azul
El único verde que me faltaba era el del semáforo que tardaba en cambiar. Me quedé mirando los dedos de mi pie que seguían el ritmo de Bob en las ojotas. De repente, como una cachetada, una sombra veloz me devolvió al ruido de los autos. Entre mi cara y mis pies se balanceaba el cable blanco que colgaba de mis orejas. ¿Que había pasado? Todo seguía igual, el mar a pocos metros, las turistas en topless, la sombra de las palmeras hamacándose. No había pasado nada además de que Bob y mi teléfono se habían ido en una moto.
Quedé mudo paralizado, impotente. Pero esas reacciones iniciales fueron las mas suaves. Lo peor llegaría de a poco, como en un goteo de malas noticias.
Con el teléfono se fueron los números de todos mis amigos y el de mi analista. El horario del medico y la lista del supermercado. Las fotos del perro, los mensajes que no leería nunca y la lista de grandes libros por descubrir. Hasta programa que me indicaba las combinaciones del subte y las estaciones disponibles para recoger mi bicicleta. El mapa de la ciudad y la alarma. La linterna, la brújula y la dieta que iba a empezar cada lunes.
Intenté consolarme con ese pasado donde no era necesario ningún teléfono salvador, pero no lo conseguí. El vacío era mas desgarrador que un tango del polaco.
¿Qué hora es? También se fue mi reloj, la guía de las farmacias de turno y el horario de los cines. El código para retirar las entradas del show de mañana. Bob y sus amigos con la música a otra parte. Que desolación. Comienzan a caer las gotas y me recuerdan que mi amigo virtual me hubiera advertido que lleve un paraguas. Camino a casa mirando el suelo, como buscando algo de todo lo que perdí. Crisis. Ya no soy yo. ¿Como era yo antes de internet?

1 comentario:

  1. El primer mundo, papá!!!!!!!!!! Antes de Internet? Eras/mos más chicos...
    Abrazo.

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